sábado, 26 de marzo de 2011

Reinas



No sabía como entrar en calor bajo la lluvia de focos, ni tampoco cuanto tiempo aguantaría allí, lo único que tenía claro era que necesitaba sentirse vivo. Se paseaba con aire tímido entre los cuerpos, sin ánimo de mirarlos, o tal vez sí, llegados a dicho punto ni siquiera él lo sabía. La multitud se agolpaba y resultaba casi imposible divisar miradas más allá de lo inmediato, aunque tampoco había mucho que divisar, básicamente la sala estaba llena de Narcisos exhibicionistas que probablemente no sabían distinguir entre una conversación y un cuestionario. Nadie hacía ningún movimiento. Todos miraban, dando perspectiva a su caza furtiva. No estaba en condiciones de juzgar si aquello era un hombre o una mujer, pero pudo comprobar las dotes artísticas de semejante ser, a pesar de que hubiera preferido no hacerlo. La música se volvió estridente y sórdidamente lasciva. Todo estaba permitido, incluso la música.
Pasaron las horas y el hielo de la copa se estaba consumiendo, al igual que sus expectativas.  El baño parecía un desfile de gallinas obscenas que no conocían el precio de la integridad.
Decidió que ya estaba lo suficientemente borracho como para ridiculizarse a sí mismo, y tal vez, ganar la simpatía de alguien que no tuviera concepción de lo ridículo. De repente, un "hola" lo paralizó in situ y, tras mirar a su izquierda, conoció inmediatamente al dueño de dicha palabra. -Por un instante la noche se ha vuelto normal-, pensó en voz alta....

jueves, 24 de marzo de 2011

Decisiones



Si cierras los ojos y buscas en tu interior la inmensidad que no se escucha desde fuera, la sientes, te impregnas de ella, podrás ver todo el universo.

--------------------------------------------

Dejaré de preguntar por qué si tú me escuchas esta vez, si entiendes que no sé estar aquí ni en ninguna otra parte, que he participado de forma activa en cada instante de mi vida y, después de todo, sigo sin verme en ella.
Dejaré de reprocharte lo que no fue si me consuelas. Miénteme. Dime que todo está bien aunque realmente no sea así, que estos años han sido los mejores y que hoy por hoy no hay nada más que aportar. Que no se pueden inventar razones que endulcen lo amargo ni procesar situaciones que amarguen continuamente la naturalidad de los actos.
Dejaré de callar lo que siento si me abrazas esta noche, si vuelves a hacer que se me acelere el pulso. Necesito que lo digas, que lo hagas plausible, que desgarres cada porción de dolor que desgasta las esquinas de mi cuerpo.
Dejaré de pensar en lo abstracto si tú me hablas de cosas concretas: de lo preciosos que son esos lirios junto a la ventana, de lo inmensamente feliz que parezco aunque no sea cierto, de como has intentado por todos los medios hacer que me aferre a la posibilidad de seguir aquí, de como me has dado la oportunidad de ser sincero conmigo mismo, de lo que no quieres decir por miedo a que me desvanezca, de lo que no voy a decir por miedo a que te derrumbes y sueltes mi mano.
Dejaré de preguntar cuándo si te quedas aquí conmigo hasta el final, así no tendré que contar las horas y ellos no tendrán que rezar para que no ocurra. Todos nosotros estamos aquí implorando, esperando que venga algo ¿de dónde? A rescatarnos, a liberarnos, a hacernos fuerte.
Dejaré de atentar contra tu ingenuidad si me hablas claro y reconoces que has estado viviendo por mí y para mí, que te has olvidado de ti y de todo tu mundo y que has vendido tu integridad para salvar un alma ajena.
Dejaré de agradecértelo si dejas de decirme que no es necesario, que no hay nada que admirar y mucho que reconocer, que altruístamente decidiste estar aquí y que soy una marioneta en manos del tiempo.
Dejaré de llorar si no vuelves a culpar al destino.
Desconéctalo ya.

----------------------------------------------------------

Cuando todo se vuelve oscuro, ves un destello luminoso que no deja de moverse si lo sigues con los párpados. Tras varios segundos, desaparece.