miércoles, 29 de junio de 2011

Detener el tiempo

-¿Sabes? Llevo algún tiempo preguntándome si hemos dejado de disfrutar el uno del otro. 



-Hoy no creo que pueda siquiera pensar en eso, estoy agotado, mentalmente agotado de intentar demostrar a cada segundo todo lo que significas para mí. 

-Entonces, ¿por qué ya no me miras?

-Porque te quiero, porque me araña por dentro cuando pienso en lo esencial que eres para mí, en como me gustaría pasar una noche entera acariciándote, besándote y haciéndote el amor hasta saciar esta sed que tengo. Como deseo vestir tu piel de elogios y contemplarte cuando duermes, admirarte, detener ese momento y no cansarme jamás. Sentir tus manos sobre mi pecho, escuchar cada gemido, amarte una vez más y volver a empezar, dejar de ser yo mismo y pasar a formar parte de tu espíritu, volver en mí y enamorarme de ti.

-¿Por qué me quieres?

-No lo sé. Hace tiempo que dejé de buscar razones para quererte, simplemente te quiero. ¿No lo captas? Todos mis pensamientos giran en torno a ti: cuando iluminas la habitación con una sonrisa, cuando dejas que una triste lágrima brille en tus ojos y se derrame por tu mejilla cuando algo te importa de verdad, cuando te vuelves completamente loco y eres espontáneo, cuando te preocupas y dejas ver un atisbo de soledad en tu mirada, cuando haces el tonto sólo para verme reír, cuando descubres lo atractivo que eres y lo proyectas en mí, cuando me abrazas (lo que daría por eternizar esos abrazos), cuando revolucionas cada plan interno que previamente había diseñado, cuando dejas los pudores a un lado de la cama y me haces el amor en el otro lado, cuando me desnudas sin tocarme, cuando me rompes los esquemas con un gesto inesperado, cuando me haces sentir especial y afortunado tan sólo estando a mi lado, cuando eres tan tú que hasta te duele...

-...¿Qué hacemos?

-¿Qué quieres hacer?

-Detener este momento... 

-Ven aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario